Adenocarcinoma, tumor maligno que se desarrolla en las células secretoras de revestimiento de una glándula o tejido con función secretora.
Carcinomas son los tumores malignos originados en células epiteliales; éstas son las encargadas de recubrir el exterior del organismo (piel), las vísceras huecas (mucosa del tubo digestivo, de la vía urinaria, del árbol respiratorio) o el interior de las glándulas (epitelios secretores que recubren el interior de la cavidad glandular y fabrican diferentes sustancias, como en la mama, el tiroides, la próstata o el páncreas). Si un carcinoma presenta células con aspecto de recubrimiento glandular se llama adenocarcinoma.
Los adenocarcinomas más importantes por su frecuencia son los del aparato digestivo (de colon y recto, gástrico, pancreático, esofágico, hepático —hepatocarcinoma—, de vía biliar —colangiocarcinoma—), de mama, prostático, bronquial, renal, uterino y tiroideo.
Excepto en casos específicos (como en tiroides), son tumores poco sensibles a la radioterapia y a la quimioterapia, por lo que su tratamiento se basa esencialmente en la resección quirúrgica. Esto determina que su diagnóstico precoz sea esencial, para poder extirpar el tumor antes de que se produzcan metástasis a otras zonas.
Carcinomas son los tumores malignos originados en células epiteliales; éstas son las encargadas de recubrir el exterior del organismo (piel), las vísceras huecas (mucosa del tubo digestivo, de la vía urinaria, del árbol respiratorio) o el interior de las glándulas (epitelios secretores que recubren el interior de la cavidad glandular y fabrican diferentes sustancias, como en la mama, el tiroides, la próstata o el páncreas). Si un carcinoma presenta células con aspecto de recubrimiento glandular se llama adenocarcinoma.
Los adenocarcinomas más importantes por su frecuencia son los del aparato digestivo (de colon y recto, gástrico, pancreático, esofágico, hepático —hepatocarcinoma—, de vía biliar —colangiocarcinoma—), de mama, prostático, bronquial, renal, uterino y tiroideo.
Excepto en casos específicos (como en tiroides), son tumores poco sensibles a la radioterapia y a la quimioterapia, por lo que su tratamiento se basa esencialmente en la resección quirúrgica. Esto determina que su diagnóstico precoz sea esencial, para poder extirpar el tumor antes de que se produzcan metástasis a otras zonas.
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